Primaria | Comunicación con los distintos actores educativos



Propósito Conocer estrategias de comunicación de acuerdo con diferentes situaciones y contextos.


Bibliografía:

Plan de estudios 2011.
La escuela y los textos.
La comunicación de los logros.
La integración en el aula.


La comunicación desde el enfoque formativo

Al comunicar los logros de aprendizaje desde el enfoque formativo, se busca propiciar que todos los alumnos mejoren sus aprendizajes, tanto quienes alcanzaron los esperados, como los que no los han logrado. La comunicación implica llevar a cabo un diálogo en un ambiente de confianza que propicie el intercambio de ideas, experiencias y dudas entre el docente y el alumno, la familia y sus colegas.

El contenido de esta comunicación se determina por la retroalimentación que genera el docente a partir de la valoración de los logros de aprendizaje de sus alumnos.

Por retroalimentación se entiende aquella información que contiene:

- los juicios de valor sobre el aprendizaje del alumno .

- la explicitación de la brecha existente entre el aprendizaje esperado y el logrado, o bien sobre el logro del aprendizaje.

- las orientaciones que permitirán al alumno mejorar sus aprendizajes.

(Wiggins, 1998; citado en Picaroni, 2009).

La comprensión de estos tres tipos de información por parte del alumno, las madres, los padres de familia o cualquier otro destinatario durante la comunicación, dará sentido a la retroalimentación y generará un cambio que permita el cumplimiento de su propósito.

Rebeca Anijovich (2010) señala algunos aspectos que pueden considerarse en la retroalimentación y sirven de base para llevar a cabo la comunicación con alumnos, madres, padres de familia o tutores y con los colegas docentes; entre dichos aspectos destacan los siguientes:

→ La retroalimentación abarca desde los conocimientos de los alumnos, sus procesos de aprendizaje, su autoestima y su motivación hasta sus acciones futuras. Esto significa que cualquier retroalimentación que se proporcione tendrá un impacto sobre los alumnos que, según el contenido y la forma en que se brinde, puede ser positivo o negativo.

→ Cada evaluación debe incluir la comunicación de los logros de aprendizaje y, por tanto, la retroalimentación. Sólo si esta comunicación se convierte en una acción sistemática, los alumnos podrán integrarla a su proceso de aprendizaje; en consecuencia, es necesario que en las evaluaciones inicial, del proceso y final, así como en las coevaluaciones y autoevaluaciones, se brinde un espacio para retroalimentar el aprendizaje de los alumnos.

→ La retroalimentación se hace sobre lo que ya sucedió; sin embargo, debe establecerse un puente entre lo logrado y aquello por mejorar en el futuro inmediato.

→ Cuando el alumno comprende que la retroalimentación favorece el análisis de sus resultados y cómo puede mejorarlos, permite que se establezca un diálogo con él; es decir, que se le considere un actor activo y no sólo un receptor de información, ya que en la medida en que expresa sus inquietudes, dudas y valoraciones, y las contras ta con el punto de vista del docente o de sus compañeros, puede esclarecerlas y contar con información para realizar cambios y mejorar su aprendizaje.

→ La elección entre la retroalimentación grupal y la individual deberá considerar las características del grupo. Por lo general, en la medida en que el alumno va logrando la madurez para responsabilizarse de su proceso de aprendizaje y tiene un mayor conocimiento de sus fortalezas y debilidades, podrá aprovechar las retroalimentaciones grupales. Si a esto se agrega el ambiente de colaboración, estas retroalimentaciones incluso propiciarán el intercambio de estrategias, ideas y recursos entre los alumnos. Si en el grupo aún no se ha consolidado este ambiente o existe una responsabilidad desigual sobre el aprendizaje, es posible organizar el grupo para realizar retroalimentaciones a otros más pequeños y comentar con ellos los aprendizajes logrados y las dificultades más frecuentes, para que expresen sus necesidades y compartan sus puntos de vista y estrategias con el fin de que el intercambio favorezca el mejoramiento del aprendizaje de todos, así como un ambiente de colaboración. La retroalimentación individual siempre dará la oportunidad de conocer mejor a los alumnos y de crear compromisos que atiendan sus características particulares. En los casos de alumnos cuyas interferencias en el aprendizaje estén provocando un rezago respecto del resto de sus compañeros, la retroalimentación individual brindará información valiosa para ofrecerles los apoyos que requieran.

→ La retroalimentación debe buscar establecer una conversación que permita comprender al otro y propiciar el intercambio y el contraste de puntos de vista. Este intercambio debe permitir indagar y esclarecer las causas de los logros o las dificultades de aprendizaje del alumno, construir un consenso al respecto para poder orientar el mejoramiento del aprendizaje, y establecer compromisos con los alumnos.


Se sugiere incorporar un diálogo en el que se aborden los siguientes aspectos:

1. La valoración del logro de los aprendizajes de los alumnos son juicios que construye el docente con base en el proceso de evaluación, y con base en este fundamento, es importante explicar a los alumnos cómo se llegó a ellos. En este punto, se sugiere recuperar cuál era el aprendizaje esperado y cuáles los criterios de evaluación establecidos desde el inicio de los procesos de enseñanza y aprendizaje. Al respecto, se debe considerar que las explicaciones serán más efectivas si son estimulantes y respetuosas, y si destacan en primera instancia los avances y los logros, con el fin de lograr un impacto positivo sobre la autoestima y la motivación.

2. La comunicación debe abordar, cuando sea el caso, la brecha entre el aprendizaje esperado y el logrado, teniendo como punto de partida los avances, para introducir lo no alcanzado. Por tanto, es conveniente referirse a las dificultades como un suceso temporal que puede superarse, es decir, como pasos del aprendizaje, y a los logros, como algo que permanecerá.

3. Al abordar los aprendizajes esperados y los alcanzados, para establecer la distancia entre unos y otros, se debe verificar que el alumno comprenda los aprendizajes que se persiguen. Es posible que si el alumno no entendió desde el inicio cuáles eran los aprendizajes ni con qué criterios se evaluarían, sus resultados no sean los deseados. En estos casos, explicarlos nuevamente permitirá a los alumnos comprender el porqué de sus resultados.

4. Dirigir la conversación para que el alumno reflexione cómo aprende. En esta parte de la comunicación, conviene retomar sus logros y las estrategias, así como las acciones y decisiones que lo llevaron a obtenerlos. A partir de esto, se debe guiarlo para que revise lo que no alcanzó, para que sea posible que él mismo detecte si dejó de hacer algo, intentó una estrategia que no dio los resultados esperados, e identifique sus equivocaciones. Esta práctica propiciará que progresivamente se responsabilice de su proceso de aprendizaje, y que aproveche mejor sus fortalezas y tenga claridad sobre lo que debe mejorar.

5. A partir del análisis de los resultados, el docente y el alumno establecen metas cuya principal característica consiste en que deben constituir un reto alcanzable para el alumno; además, ellas deberán ir acompañadas de una estrategia que lo guíe para alcanzarlas.

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